lunes, 2 de noviembre de 2009

Primer sueño


Todo desplazamiento es relativo. A veces es solamente interno y entonces sueño con mareas altas, bajo la confusión de la cercanía o la lejanía de la arena. Este ligero descuido no es el que abunda en ciertos caminos, es más bien laxo, silencioso. No hay que ir lejos de la ciudad para verlo, como lo muestra una de esas barandas que abundan en las bajadas hacia la Costa Verde de Lima, en la que lo usual es la neblina. Aunque este desplazamiento aquí es más obligatorio, acaso condicionado por alguna urgencia metereológica, el mio tiene que ver más con la línea de horizonte que con el azar del tiempo.


[Fotografía: archivo 13 monos. Lima, en algún lugar de la Costa Verde. Febrero de 2009.]

Cuarto sueño

Podría ser cualquier edificio en cualquier parte del planeta. Pero el hecho es que se trata del lugar en el que trabajo casi todas las tardes. Es uno de esos extraños días en el que al final del corredor del cuarto piso se exhibe un paisaje de la costa que incluye el mar, la línea de horizonte y el límite del litoral. En la foto solo se distingue la luz y el brillo de esta sobre el pasillo, un basurero a la derecha y algo del estacionamiento a la izquierda. Pero el brillo del piso de este pasillo es el preludio ideal que permite, algo así como un ecran ocasional, formado por los límites del edificio. Difícil cuestión la de decidir, en un día de trabajo, entrar como si nada pasara a dictar una clase en lugar de buscar el mejor punto de vista. Difícil cuestión la de  habitar o salir a recorrer un paisaje. 


[Fotografía: archivo 13 monos. El edificio aludido es el Pabellón Z, en el campus de la Pontificia Universidad Católica del Perú. En Lima, Fundo Pando, un dia de mayo de 2009.]